jueves, 17 de mayo de 2007

Sexo en el diván

En realidad mi psicoanalista nunca me ha pedido que me recueste en el diván para hablar. Platicamos en una especie de salita sentados como si estuvieramos tomando té, y digo té, porque la mesita que tiene parece de té, no de café. Pero esa no es la anécdota de este post.

Ayer, en una sesión de cuarenta y cinco minutos, me hizo hablar de lo que estuve esperando durante todos los meses que llevo de terapia: de sexo. La pregunta surgió a raiz de que yo le contara de mi primer novio en la prepa, hace ya unos cuantos años. Me preguntó: ¿con él tuviste relaciones? Y yo dije "no". Porque la verdad es que no, creo que nunca me dieron ganas siquiera.

Y luego me pidió que le contara de las siguientes relaciones que tuve. Y ahí fue donde todo comenzó. Sabía muy bien que lo que le interesaba era saber cómo andaba mi vida sexual, con quién, dónde, cuándo, por qué, así que dije ¿y por qué no contarle, si para eso le pago? Y sí, salió la historia de la primera vez...

La verdad fue sólo por curiosidad, y porque mis amigas no se me adelantaran; y creo que no se me adelantaron. Mi amigo, porque nunca pasó a ser otra cosa más que eso, es ahora un cuate de 36 años que acaba de estrenarse como papá. (Hace apenas dos meses fui invitada al shower de su chava y mientras ella agradecía mi presencia yo pensaba en cómo era posible que, siendo tan distintas, nos hubieramos cogido al mismo hombre.) Yo tenía 19 años y no, no fue nada de lo que yo esperaba, al menos no esa primera vez. Recuerdo el pinche miedo mío de seguromevadolerunchingo, y sus risas previas de neltúnoeresvirgen.

Y no, este no es un post con sentimiento, porque ahora que lo recuerdo, con todo y los nervios, la inexperiencia, lo doloroso, fue muy cagado. Fue malo, pésimo sexo de principiante, pero un recuerdo cagado. Más cagado aún cuando su hermano se enteró y terminó conmigo después de dos años de platónico romance.

3 comentarios:

Saint Christopher dijo...

Esto de la psicologia es algo raro, alguna vez llegue a la conclusion, (perdon por los acentos pero el teclado esta en ingles), de que todo aquello que me pasaba por la cabeza era ciertamente resultado de algun otro evento relacionado directamente o no, y que si trataba al menos de no perder la objetividad, podria resolverlo yo solo, no se como sea ir a una terapia, me han dicho que hace bien, solo que me parecen como confesiones para ateos.
En fin, recuerdo tambien aquella primera vez, tan extrana, queriendo oner en practica todo aquello que uno "sabia" y total que nada salia del todo bien, es curioso como al volver atras las cosas toman una persepctiva diferente, mas ligera.
Gracias por el viaje!

Iliana dijo...

Exacto! Yo opino lo mismo que far away laughter: al volver atrás las cosas toman una perspectiva diferente. Este post me recordó también mi primera vez, que tampoco fue nada extraordinario, pero fue chida. Creo que, como sea que haya sido, para muchos es un bonito recuerdo.
Y no, ir al terapeuta no son confesiones para ateos, al menos yo no creo que sea sólo eso.

Iliana dijo...

y, por cirto, quién es far away laughter? Lo conocemos? o sólo de manera virtual?